domingo, 28 de agosto de 2011

El verdadero CLÁSICO de Mar del Plata tiene dueño y se llama KIMBERLEY



El equipo de Damián García no cede protagonismo en el fútbol local y se metió nuevamente en una final, tras imponerse con justicia ante su rival de siempre, San Lorenzo. Se viene River



El festejo del Dragón verde, bien merecido

Definitivamente, Kimberley recuperó la sana costumbre de protagonizar cada torneo local hasta las últimas instancias. Desde el inicio de la etapa de Damián García en 2009, estableció su piso en las semifinales. Y ayer consiguió el pasaje a la tercera final del ciclo, tras imponerse con justicia por 1 a 0 en el clásico ante San Lorenzo disputado en el estadio José Alberto Valle. Ahora, el “Dragón” se medirá el próximo sábado ante River para dirimir el campeón del torneo Apertura.

Kimberley exhibió la supremacía en un desarrollo que se planteó cerrado desde el comienzo. Imposibilitado de explotar su banda derecha, la circulación del “Dragón” derivó constantemente en Francisco Grande. Y cuando Barros e Insaurralde se ofrecieron, aparecieron las conexiones con el juvenil para complicar por izquierda.
El primer aviso llegó a los 5', cuando Nabarro tapó ante Barros tras un tiro libre de Grande. A los 26', el propio Barros elevó demasiado el remate al culminar una buena jugada que comenzó Murno y prolongó Insaurralde. Sin embargo, a los 31' la resistencia de San Lorenzo sufrió un imponderable letal para su existencia. Se inició con una innecesaria infracción de Cajal sobre Insaurralde, cuando el delantero estaba de espaldas, cercano al banderín del córner. Grande ejecutó el tiro libre y, tras la “peinada” de Insaurralde, Guillermo Becerra terminó batiendo su propia valla en su intento de despejar con la cabeza.
Tras el impacto, el desarrollo se le hizo cuesta arriba a San Lorenzo. Iglesias estuvo bien contenido por el tándem Del Potro - Murno y no tuvo espacio de maniobra. Anular las conexiones entre el enlace y Lucas Catalán fue el mayor mérito defensivo de Kimberley. Lo logró con la inteligencia de sus mediocampistas y la solidez de su línea de cuatro defensores liderada por Gabutti. En ese sentido, también hubo un buen trabajo del pibe Joaquín Solaberrieta, que afrontó el partido como un experimentado en estas circunstancias.
Pudo haberlo liquidado Kimberley en el complemento. Pero Nabarro estuvo rápido para achicar ante Insaurralde a los 4' y Barros desvió su remate tras ganar a pura potencia a los 8'. Pese a la exigua ventaja, el elenco de García no sufrió. A San Lorenzo le costó elaborar ante la presión del rival y complicó poco y nada. Ni siquiera en los cinco minutos finales, cuando Miguel Correa expulsó primero a Barros y luego a Del Potro. Las decisiones del árbitro -la segunda fue muy discutible- desvirtuaron el final del juego, que también tuvo la expulsión de Martín Lastra. Sin embargo, Kimberley no perdió el control, se quedó con el clásico en forma merecida y se ganó el derecho a jugar una nueva final. Toda una costumbre en los últimos tres años.
Por Ricardo Juan
rjuan@diarioelatlantico.com

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